En realidad nunca se fue,
la tengo memorizada, y eso hace
que nunca desaparezca.
Estoy acostumbrada a cagarme en la puta cada mañana
que me despierto y no vivo con ella,
pensar en lo perfecto que sería
si nos complementáramos,
porque en mi mente
lo hacemos
tan bien...
La invento dando paseos.
Invento su risa
cuando digo gilipolleces.
Invento su mirada
cuando me mira en silencio.
Invento mis ojos en su espalda
cuando se desvanece.
Y es verdad,
no puedo pensar con claridad si ella está cerca,
pero tampoco puedo sentir con claridad si está lejos.
La amo desde que tengo uso de razón
hasta que lo pierda.
Y aunque haya años luz entre nosotras
siempre la estaré agarrando las manos
lista para saltar,
porque arriesgarnos a acercarnos
es dar un gran salto
que siempre estaré dispuesta a dar.
Y ahora mismo estoy saltando,
así que... ¿quedamos?
Total, nuestro momento siempre es ahora.
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