sábado, 22 de agosto de 2015

Invisible

Te miré
y no te vi.


Te miré
y te vi por primera vez.


Te he visto por primera vez
cada día,
pero no quería mirarte
para no verte.

A veces no sabía
desde dónde te miraba.

Hoy sin mirarte ya te veo.
Hoy te miro desde lejos,
nunca lo has estado tanto
y bendita perspectiva.

Hoy la ventana
es un punto de vista fijo
mientras
lo de al rededor da vueltas.
La ventana no se mueve,
o quizá sea lo único
que se está moviendo.

Si me asomo
no estás,
si estuvieras
no me asomaría.

Me acecha la realidad
otra vez.
Otra vez rompo
con la realidad del resto,
con la subjetividad propia.

La realidad
está en la intuición,
en el instinto que nos apagaron
para no poder creer en ella.

Es más abstracta
la razón
que la corazonada.

No quiero mirarte
desde que te vi.
Quiero abrazarte
pero mis brazos
se cierran
si llegas.
No quiero abrazarte,
pero sí.

Mírame,
soy la poca luz que me queda.
Mírame
desde cualquier perspectiva
y ódiame
antes de que desaparezca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario