miércoles, 22 de noviembre de 2017

Cruce de silencios

No puedo dormir sin crear algo primero. Sin dejar plasmado cuánto pienso en ti.
Para mal.

Tengo un cronómetro clavado en la sien, me repite lo sola que estoy. Yo le escupo y le digo que cada vez que lo intento me hundo, que no me siento de aquí, que las personas me llenan sólo hasta un punto. Incluso tú, que eres más humana que el resto y eso para nada te hace mejor.

Estoy exhausta de siempre querer más, cuando lo que de verdad quiero es necesitar menos, hasta que llegue un punto en que la nada me haga feliz. “Feliz”. Ya sabemos que no soy esa clase de persona, “feliz”, me refiero. Más bien soy adicta al silencio y la paz, algo que se me suele arrebatar continuamente por mucho que luche.

¿Existirá gente como yo? Si existe estará aislada buscando paz y nunca nos encontraremos, ¡con todo lo que nos necesitamos!
Por lo menos he dejado atrás algún que otro bucle últimamente, he quitado alguna piedra de mi mochila y ando un poco más ligera por un camino intransitado. Quiero cruzarme con alguien que haya elegido el mismo, caminar juntos hacia el lugar más silencioso del mundo y quedarnos ahí mirándonos a los ojos sin hacer ni un ruido. Con Chopin de fondo, nieve tras la ventana y la certeza de no volver.


2 comentarios:

  1. Silencio. Cuánta magia. Que necesario. No sabía que ese también era tu camino.

    PD: Te lo digo por aquí porque no tengo otro sitio, pero te echo una barbaridad de menos. Un abrazo gigante.
    "Voy a aprender a ser libre en soledad".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Yeray, no tienes por qué echarme de menos.

      Eliminar