martes, 2 de octubre de 2018

Mi primera palabra

Serpiente de ojos azules, destrozavidas.
No eres más que un río de hiel, con saliva de bilis y veneno.
No sé dónde me deja eso a mí, que crecí en ti.
Mi mayor miedo es que tú seas mi creadora. El demonio me engendró.

He roto todos los lazos, tú rompiste todos los platos y todas las sonrisas. Ahora mi vida ya no es tuya.
Tu mal sólo me da ganas de hacer el bien. Tus ganas de aplastarme me hacen grande y fuerte.
No puedes conmigo, ya no puedes romperme más. Tenías razón, has creado un monstruo, un monstruo incansable, que no se va a rendir. Transformo tu energía en la mía, y por cada año que quieras que sufra, diez que no lo pienso hacer.

Mi dolor se posa en las almas que no tienen mi determinación, que aún se guían por tus trampas y crecen bajo tu orden afilada y tu puño de acero. De ahí no tengo salida, sólo puedo esperar.

No sabes cuántas noches he soñado que dejabas de existir. Sé que te amo. Pero ahora me amo más a mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario