Nada

No es que yo vaya buscando el amor,
tampoco es que él me vaya buscando a mí.

Voy andando perdida, con la mirada al cielo. Con la mirada perdida, andando al cielo. Andando con la mirada, perdida en el cielo.
Los días siguen siendo días, pero yo he dejado de ser yo, para poder ser más yo.

Odio la poesía.

Tengo unas cien mil palabras encalladas entre el pecho y la garganta, nunca las dije porque no existen. Aún no se han podido materializar, pero las estoy observando y algún día lo harán.

Odio las palabras.

Nada de esto tiene ningún sentido, por eso lo hago, porque si no nadie lo haría por mí, porque a nadie le importa.
Para mí es lo más importante.