domingo, 8 de abril de 2018

El problema soy yo

La luz directa me marea,
acostumbrada a vivir en la cueva de Platón,
a interpretar ideas sin llegar a materializarlas,
veo las sombras bailar e imagino que bailo.

Aún no he movido ni un dedo,
muevo un dedo para contradecirme.

Busco el primer motor inmóvil
y me doy cuenta de que 
puede que el motor sea yo.

Todo gira a mi alrededor, 
yo soy una piedra que piensa.
Me han disparado 
y no he cambiado el gesto,
sigo tan rota como antes.
Tengo esa entereza.

Ojalá la realidad quiebre,
que se rompa como un papel,
porque así de fina es.
Me aburre este attrezzo,
me aburre esta obra,
me aburren los actores,
me aburre tener que actuar.

Tengo ruido,
se exterioriza a mi alrededor,
pero en el silencio es ensordecedor.
Tengo un ruido constante, 
no habla ningún idioma, 
pero se comunica conmigo.
Disminuye mi paciencia,
no me deja dormir, 
me toca los músculos 
hasta contracturarlos.

El problema soy yo, que no me aguanto.

El problema siempre soy yo.

1 comentario:

  1. Yo siempre es el problema, para Tú, Él, Nosotros, Vosotros y Ellos. En el fondo nos vamos estorbando los unos a los otros siempre.
    Vamos progresando, ya somos algo al menos: problema.

    ResponderEliminar