Te lo dije alguna vez. Si me voy no vuelvo. Ahora desde lejos veo cómo lo nuestro nació para morir, cómo nos nació la muerte, o cómo nunca nació. Ya no tengo miedo, ya no sufro por tu ausencia, esa ya la sufrí cuando creía que estabas a mi lado.
Con mi esperanza se fue todo, ya ni siquiera me brillan los ojos, ni me tiemblan las piernas, ni se me encoge el estómago. Con tu ausencia se fue todo.
Por favor, no vuelvas, al menos ten esa muestra de amor.
Mi único bucle es mi mente diciéndome que nunca soy suficiente. Pero de eso ya me encargo yo, como siempre.
Siento cómo mueren las últimas toxinas, como cae la piel muerta y me siento más liviana. Me pregunto por qué llegué tan lejos, cuál era mi motivación. Si sabía que no estábamos al mismo nivel. Que me merecía mucho más. Pero una vez más me dejé de lado por hacer lo que siento, una vez más mi callé mi instinto y dejé a mi niña interior tomar las riendas.
Yo supe siempre que lo nuestro olía a podrido y eché colonia hasta envenenarme.
Ahora me corto el pelo, me crecen los tallos y siento todo el amor hacia mi misma que tú no me pudiste dar.
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