miércoles, 17 de abril de 2019

Nube negra

Me sale una nube negra gigante desde el cerebro, hasta la nariz y luego inunda todo. Da igual quién tenga delante, da igual que sea el mismísimo Sol, yo lo nublo. El poder de mi oscuridad es invencible, no hay superhéroes que calmen o suavicen esta sombra.

Hay personas que son tormentas, yo cuando entro en ese estado soy el día de mañana. Puedo disimular y que parezca que sólo es una tormenta muy oscura y eléctrica, pero si dejase salir... no quedaría ni un alma. Gritaría, golpearía y me golpearía hasta que todo dejase de existir.
Así me siento, una bomba de relojería sin segundero. Veo las miradas de susto, me siento una criatura que ataca porque tiene miedo, un monstruo enorme y desatendido. Entiendo la Naturaleza, entiendo los animales, entiendo la violencia de lo salvaje, así me siento, es todo miedo, la autoprotección trae destrucción. A veces siento que la destrucción trae calma.

Saliendo de las metáforas, os contaré una cosa; he llegado a atraer a este estado hasta a mi psicóloga, he llegado a convertir a mi psicóloga en nube negra y oscuridad, y que se olvide de todo lo que ha estudiado, así funciona, así de fuerte es. Recuerdo perfectamente sus ojos de desubicada, parecía que en la consulta no quedaba ni una mota de luz, sólo estábamos ella, yo y todos nuestros demonios riendo.

Al final conseguí tratarlo, eso creí. Al menos conseguí ser más fuerte y poderosa que la masa oscura, imaginad cuánto tuve que ejercitar... fue el mayor esfuerzo de mi vida. Ayer y hoy la nube se ha apoderado de mí, ahora mismo ella está escribiendo muchas de las palabras de este texto y casi siento que se regodea en ellas, y sólo vengo aquí a deciros cuánto miedo tengo. Casi no salgo viva de la última. No quiero caer. No quiero arrastrar a la gente que quiero. No quiero que la gente que quiero me mire con susto, como si fuera algún tipo de espécimen extraño.
No quiero que me confundan con ella. No soy ella, aunque antes creyera que sí. Ahora también lo creo, casi tengo que repetirme esa frase para reafirmarme en que no soy ella.

Ella es un producto de traumas, mi esencia no reside ahí, mi esencia la limpio con un trapito limpio y agua clara siempre que puedo.

Creo que algún día dejaré de llover.

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