domingo, 8 de marzo de 2020

8M

8M, yo encerrada en la esfera de mí misma. Huelo el peligro.
Ojalá pudiera hablar con mi espíritu sin que me doliera nada.

Estoy a punto de destrozarlo todo. De coger el mazo y reventar todos los muebles que fui poniendo con delicadeza a lo largo de los años. Este orden caótico me está volviendo loca. Todo siempre en su sitio, como si la vida no fuese movimiento y muerte, como si el aire en esta habitación fuese inmutable.

Todo me abandona excepto esta puta quietud, todo me abandona excepto esta serenidad odiosa y la matemática del tiempo. Y bueno, mi gato, y la Luna, que me están interrumpiendo esta escritura gris con sus ondas de belleza y amor.

La noche cae y yo caigo con ella, me dejo caer a donde sea, ya me da igual, lo he perdido todo.

Me da igual quién venga a verme, todo son siluetas en otra dimensión. Excepto ella... Cuando viene ella siento que se unen los dos mundos. Me matan los límites, ahora sólo quiero saltarlos y vivir en el limbo siendo sorda, muda y ciega.

Estoy en shock, porque he escrito "quiero" y "vivir" en la misma frase sin negación. Pero no me imaginaba una vida como tal, me imaginaba una especie de purgatorio claro, en el que todo es quietud, quizás es el cielo. Quizás estoy hablando de la muerte.

Qué hilo más fino me sostiene a este lado, casi lo veo desaparecer en algunos choques de luz.
Nadie me da las gracias cada mañana por no haberme matado y eso me duele.
¿No son conscientes de que lo hago por ellos?

No necesito más abrazos de gente que quiera follarme.
Necesito más abrazos de niñxs perdidxs.
De madres, de padres, de abuelos y abuelas. Me da igual que no sean los míos.

Soy un esqueleto en postura de feto, siempre pasando frío y distorsión vital.
Se me congela el alma si es que aún la contengo.
Mis ojos son astillas.
No me leas con esa cara de gilipollas, ¿dónde estás tú? ¿por qué me has abandonado?
¿por qué ni siquiera contestas mis súplicas? despiadada, tú llevas más oscuridad que yo.

No paro de imaginar cómo sería. Mi velatorio, mitad de gente entendiendo por qué me fui, la otra mitad victimizándose, justificando que estaba loca y sabiendo que en el fondo, parte de la responsabilidad de que yo esté ahí tumbada como un puto Drácula es suya.
Sobretodo de una, la que más lloraría, la que más pena os daría, el drama del día.
Pobre. Quizás en mi lápida debería poner "te lo mereces".

O encuentro una familia, o lo dejo aquí, lo juro.

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