viernes, 8 de mayo de 2020

Me entiendo

Me siento una extranjera de mi propia vida,
una incógnita en mi identidad,
una herida sin curar,
mi propia bala.

No sé cuáles son mis armas,
no sé contra qué o quién tengo que usarlas
y siempre me apuntan al centro de la cara
para repetirme que soy mala.
Que soy mala.
QUE SOY MALA.
Que no me merezco nada.

Mi niña interna atesora el cariño que me tengo
e intenta inyectármelo desde mi centro,
pero mi mente de cemento miente a mi cuerpo,
e intento estar cuerda mientras pierdo el tiempo
mirando el ombligo de mi madre,
pero nunca el mío.

La realidad está acumulando muchas deudas conmigo,
yo cada día soy más cruda y estoy más desnuda,
dispuesta a perderlo TODO por recuperarme.
Todo.
Ya me da igual la clase de engendro que renazca de mi útero viejo.
Me da igual quién soy. Me da igual estar muriendo.
No me echo de menos.

Creo que me estoy mintiendo, pero me entiendo.

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